En el año 1977, Anthony Browne creó el libro álbum “Un paseo en el parque” (A Walk in the park), historia sencilla que le gustaba mucho pero que, según confesó, tenía un problema; no quedó conforme con cómo quedaron las ilustraciones, es por eso que decidió “revisitarlo” haciendo algunos cambios.
Anthony Browne trabaja constantemente con la intertextualidad (Esto implica hacer referencia a otro libro u obra) inspirando algunos de sus textos en clásicos y sus ilustraciones en cuadros o escenas cinematográficas, por ejemplo, en la imagen donde el papá de Manchas está leyendo el periódico, podemos notar que hay una fotografía de un rostro que se puede asemeja a el cuadro de Edvard Munch, El Grito.
Este libro de Anthony Browne establece una clara relación con el lector / espectador, ya que al ser nosotros los únicos testigos de lo que piensan y sienten cada una de las cuatro voces, tenemos la posibilidad de saber cosas de unos que los otros no saben. Es como un guiño de confianza de parte del autor. Nos entrega el poder, en cierta forma. Además de eso, al dejar el final abierto, podemos ir más allá y “diseñar” los hechos que sucedan a continuación, por ejemplo, podemos determinar nosotros, si queremos, si Mancha y Carlos se vuelven a ver, si el padre de Mancha encuentra trabajo o si los perros se reencuentran en algún momento.
Voces en el parque es un libro que puede ser disfrutado tanto por niños pequeños como por adultos, ya que los niños disfrutan de los colores, la historia protagonizada por gorilas y gozan descubriendo todas las imágenes que se encuentran dentro cada ilustración, es un mundo dentro de otro. Y a los adultos nos permite meditar sobre la belleza de la niñez y la inocencia que conlleva, ya que no hay prejuicios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario