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martes, 10 de junio de 2014

Selma - Jutta Bauer: La felicidad en la simpleza de las cosas.

Jutta Bauer nació en Alemania, en la ciudad de Hamburgo, el año 1955. Estudió diseño y en 1981 publicó su primer libro. Desde entonces no se ha detenido y ha dedicado su vida a la literatura infantil. Hoy les hablaré de Selma, libro escrito e ilustrado por ella. 




Selma es un libro pequeño, de pocas páginas, liviano, sencillo... esa es la maravilla de este cuento, posee más profundidad y hermosura de la que podemos pensar al tenerlo por primera vez en nuestras manos. 
¿Es este un libro infantil? Por supuesto, los niños tienen la capacidad de ver más allá y de encontrar cosas que nosotros los adultos ignoramos, pero además es un libro para nosotros, los "grandes"., ya que nos permite meditar e incluso al final, nos saca una sonrisa. 

Desde el primer momento esta breve historia nos atrapa con una pregunta a la cual todos queremos encontrar respuesta: "¿Qué es la Felicidad?", un perro le pregunta a un viejo sabio, quien para responder, le cuenta la historia de Selma, una oveja que todos los días se levantaba, comía hierba, hablaba con los niños, hacía ejercicio, platicaba con su amiga, y dormía. Cuando le preguntaron a Selma qué haría si tuviera más tiempo, respondió que haría las mismas cosas que hacia siempre. 

Después, al consultarle a Selma qué haría si ganara la lotería, contesta "comer hierba, hablar con los niños, hacer ejercicio"... ¿Es Selma conformista?. No... Selma es Feliz, y la belleza y plenitud de esa felicidad radica en que ella disfruta de su vida y de las cosas simples. Este relato nos permite reflexionar en torno a eso, la realización, la calma, el mirar lo que tenemos y simplemente dar gracias y sonreír... Cosa que a veces nos cuesta en medio de esta veloz y modernizada sociedad que nos atrapa con la locura del día a día. 

Selma, de Jutta Bauer, fue Editado por el Fondo de Cultura Económica. 


miércoles, 5 de marzo de 2014

No es fácil decir adiós

Comencé a escribir este blog producto de un diplomado de literatura que realicé el año pasado, pero me gustó y seguí escribiendo cuando la inspiración llegaba a mi y los libros de pronto me dejaban sensaciones y emociones que no podía guardar para mí sino que necesitaba compartir con alguien... con esas personas que se han dado el tiempo de leer mis entradas.

Esta aventura digital y literaria comenzó hace ya casi un año... hoy, las cosas son distintas, principalmente porque el escritorio en el que me siento a escribir no es el mismo donde estaba cuando vino a mi mente este nombre de "enmimochilallevolibros"... los estantes no son los mismos, los niños no son los mismos, el lugar no es el mismo.

Me gusta cambiar... me gusta arriesgarme, siento que en mi cortísima vida he tomado decisiones que me han gustado y me han hecho feliz... A corto o largo plazo... Por eso NUNCA jamás me he arrepentido de haber llegado al lugar que me cobijó durante casi 3 años... Aprendí mucho y conocí personas muy buenas. Lamentablemente siempre hay dos lados de la moneda y en la vida toca presenciar situaciones que no siempre nos parecen justas o que simplemente no van con nosotros... Pero en este post quiero enfocarme en lo bueno... Es como mi única oportunidad de despedirme de mis bellos niños y los bellos libros que compartimos en esa bella y gran biblioteca.  Quiero sentir que a través de estas palabras les digo todo lo que me hubiese gustado.

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A mis monos chicos, a mis niños... A todos los que se ganaron alguna vez la fuente de poder... A todos los que no se la ganaron, a los que pedían libros, a los que hice callar en la hora de biblioteca, a los que molestaba cuando creía que les gustaba alguien... A mis niños hermosos...

Llegué con mi bolsita llena de cachureos, susto, entusiasmo y esas ganas locas de que ese espacio estuviera lleno de magia, colores y letras. Empecé de a poco... Siempre he sentido que pude cumplir mi sueño de enseñar y de darles la oportunidad de aprender y conocer lo que está más allá de sus narices, de sus cuatro paredes, de lo que ven... Me reí a carcajadas, muchas veces me apreté el estómago riendo... Rabié... Jugué... Aprendí... Aprendí a enseñar... pero no sólo enseñar sino que hacerlo en la dificultad, en la la falta de recursos, en la discriminación, en la violencia, a veces en el abandono... a veces en la carencia... Les dije en muchas ocasiones que podían hacer y lograr grandes cosas y que tenían que estudiar, esforzarse, leer y ser responsables... fueron mi terapia en momentos tremendamente desgarradores y tristes... Se preocuparon de mí, me abrazaron, me contuvieron y me hicieron olvidar lo que me dañaba... Sin importar si había dormido mucho o poco (generalmente era poco) me levantaba y llegaba a entregar todo de mí... Quiero pensar que se quedan con eso... con el cariño infinito, con la entrega, con lo mucho que los quise, los quiero y los querré... Ustedes guardan un espacio gigante en mi corazón, me llevo los mejores recuerdos y un deseo enorme de que salgan adelante, de que sean Bakanes y que hagan de su vida algo hermoso...

Un abrazo gigante...

No es fácil decir adiós... pero muchas veces es necesario.

GRACIAS TOTALES