“La invención de Hugo Cabret”, obra del estadounidense Brian Selznick narra mediante imágenes y texto, la historia de un niño huérfano de doce años que se ve forzado a ser relojero y ladrón.
La historia se emplaza en París, en la década de los 30 (en el año 1931 para ser más precisa). Luego de la muerte de su padre en un trágico incendio, el protagonista que da nombre al libro, Hugo, debe vivir con su tío. Es él quien le enseña al muchacho a mantener los relojes de la estación de trenes en la que además viven.
Pero hay algo que obsesiona a Hugo: un autómata estropeado que su padre intentó arreglar, un cuaderno con unos dibujos que le sirven de guía y la esperanza de que si logra concretar la reparación de aquella máquina encontrará un mensaje de su amado padre. Un viejo juguetero y una peculiar niña amante de los libros, de la actriz Louise Brooks y del cine se cruzan en el camino de este niño que sueña con ser mago, cambiando el curso de las cosas y encontrando mucho más de lo que cualquiera de los personajes pudo imaginar.
¿En qué escenario literario nos encontramos? ¿Cómo podemos definir la obra de Selznick?
Si deseamos definir el tipo de “texto” que se nos presenta en la historia del joven relojero Hugo Cabret podríamos decir que nos encontramos ante un híbrido; mezcla muchas técnicas y nos atrae con la variedad (Fotografías, dibujos, texto) pero debemos ir paso a paso para poder comprender que la respuesta no está tan lejos. Es por eso que me atrevo a decir que estamos frente a una Novela Gráfica, ¿por qué?
El término “novela gráfica” apareció por primera vez en la escena de la literatura en el año 1978 cuando Will Eisner publicó un trabajo que se presentaba en formato de libro pero con una historia que tiene conclusión, por lo que no es necesario “leer el folleto de la próxima semana”. El conflicto se plantea y se resuelve en el transcurso de la narración texto – imagen.
Es en base a lo anterior que podemos decir que “La invención de Hugo Cabret” es una NOVELA GRÁFICA, ya que no es posible que la historia sea narrada sin las ilustraciones, debido a que palabras e imágenes actúan de forma “sinérgica, esto quiere decir que se complementan y tienen más poder narrativo juntas del que podrían tener por separado”
La extensión (533 páginas y 284 ilustraciones originales) y la temática del libro, que nos interna en la vida de un joven huérfano que lucha por encontrar un mensaje de su padre, así como los acontecimientos que son narrados con palabras, dibujos, fotos, e incluso con las expresiones faciales de los personajes, nos llevan por una historia dramática y maravillosa que nos hace pensar en lo mejor del cine, la literatura, el dibujo y el arte en general.
Estéticamente es un libro MARAVILLOSO, un libro tapa dura, que nos da la bienvenida con colores que evocan el circo, las ferias de juegos, juguetes. Cuando ya hemos pasado esa barrera y no nos hemos dejado espantar por el grosor del libro, llegamos a un viaje, un paraíso en blanco y negro, imágenes en lápiz grafito, un estilo sencillo de narración, un marco negro en cada una de las páginas que le da elegancia al escenario de Hugo Cabret.
